
Querido mar profundo,
Querido cielo angosto,
No logré alcanzar medusas,
No descubrí relámpagos.
Me encontraron en el desierto
Me hallaron en harapos
Con gotas de incertidumbre
Vacilé entre rostros ajenos
Un chacal me esperaba en la orilla del vacío
Le grité que eructara mi destino
Especuló que mi destino estaba bajo un parpadeo.
Y un violinista que pasaba a mi lado
Musitó irónicamente mi fantasía
Sin extremidades ni sentidos
Rapté el aliento de poetas malditos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario