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viernes, 17 de diciembre de 2010

Sospecha de una emoción



Se desposan mis deseos y frialdad.
El arquitecto de mis pasos cayó rendido luego de tantos círculos retadores,
resuena el momento preciso en que tus pies se encontraron con mi parodia y terminaron en el acto estelar de mis palabras.

Maneja mis intenciones, que por lo demás, son temerosas.
Falsifica las dudas que nadan en tus pensamientos
  
Luego de algunos roces, 
caricias asimétricas, y tactos húmedos
podemos dejar los jardines de promesas,
dedicarnos a la experiencia de trascender mundos perpendiculares.

Queriendo quererte en el sabor de mis desayunos, 
en la complejidad de mis almuerzos y la calidez de mis cenas.

Emancipación de mi pasaje


Sugiriendo el propósito de expectativas explosivas,
aguardo el segundo en que exhalo buscando un escenario irrevocable.

Adelante con montañas, 
más arriba con torres de cristal,
me encuentro nuevos quirópteros en donde, en otro tiempo, el día resplandecía.

Las águilas comienzan a creer en la luna,
los lobos deciden hacer el amor bajo una sola estrella.

Deseando cada día más horizonte, 
más errores verticales que se derrapen frente a mí.
La dulzura de creer en el sabor de mis lágrimas agraciadas por el recuerdo perenne de lo frío y caliente, del cielo y el infierno.

Privo de libertad mis sospechas sobre el orbe simétrico y mantengo visible el broquel que gané en batallas.
Custodio el espectro de la alianza de mi alma con la vigorosidad de mi ser, 
prosigo remontando y viviendo en la altura.