Los
juegos previos siempre someten mi atención;
esa
ansiedad intrigante por no saber qué tan profundos llegaran tus dedos,
donde
se posarán para darle secuencia a mis gemidos.
Mi
lengua está dispuesta a recorrerte,
muerde-lame.
Toma
con fuerza mis muslos,
sujeta
mis senos erizados por entrar en tu boca.
Vas
arrastrando mi entusiasmo al límite,
elevando mi cuerpo sobre ti.
Un
orgasmo en mis neuronas,
un
orgasmo en mi pecho.
Todos
explotando en mi pelvis mientras parezco un pétalo sujeto por tus brazos.