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martes, 8 de julio de 2014

Cuando vuelvo en mí

Ver tus labios es sentirlos sobre mi cuerpo.

Clavar mis dientes en tu espalda, 
posar mis muslos sobre ti para que el juego jamás acabe. 

Sentir mis senos deleitarse de placer, 
el resto de mi piel envidiosa, comienza a moverse para llamar la atención de tus dedos, de tu lengua. 

Te va sintiendo mi cuello, 
te va recibiendo mi pecho, 
te observo en mi ombligo y me pierdo cuando llegas hasta abajo;
todos mis sentidos están enfocados en el mejor sexo oral. 

En el momento más intenso vienen a la fiesta tus dedos, 
solo para confirmar mi excitación.
Un ligero frío va recorriendo entre mis piernas, 
me paraliza hasta la respiración.
Una creciente sensación que explota en un gemido intenso.

Desmayo ante tu cuerpo, 
poseíste lo que querías y más.