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domingo, 18 de septiembre de 2011

Inaugural


Tienes ese sabor determinado, el beso perfecto,
El huracán de deseos.
Cada botón que abres destella una eufonía con mi encanto.
Mi blusa tambalea cuando siente tus manos por mi cuello y te va llevando por la travesía de mi pecho, se va exhumando con tu lengua en mi regazo.
Vas explorando el camino en el que te orienta mi ombligo,
Te vas abriendo paso entre mis jeans ajustados y tus dedos efervescentes.

Me conduces, de la sed extrema, a un lago en el me pierdo buscando tu boca,
Quizás encontrar tus manos con las mías mientras transitan a mis senos.

Es ese juego impaciente en donde ambos desfilamos con nuestro traje natural;
Tienes la condición que paraliza mi mirada, tienes el olor que desemboca mi locura y el sabor que quiero inmortalizar.

Mi momento agraciado: cuando besas más allá de mis labios,
Dejas firme mis pezones y vas trascendiendo mi mente.
Me privas de pensar en algo más que no sea tu cuerpo sobre el mío, las palpitaciones que de mi corazón se transportan a todos mis órganos.
Interrumpes un momento, y estacionas tu mirada en el éxtasis de mi rostro y es cuando bailamos en las estrellas. Tú manejas y yo me pierdo en gemidos.

Te regalo todo mi oxigeno, me quebranto cuando, aún dentro de mí, te inclinas para robarme un beso… “dentro de mi” es lo más literal de todas estas palabras, lo sabes, así como mi lujuria y mis emociones lo saben también.

Que palabras se pueden escapar cuando arremetes contra mi capacidad de pensar,
“vente de nuevo, intrínsecamente en tu jugueteo”
Te sostengo con algo más que mis manos cuando estamos en la cima de esta montaña rusa, y que tus dientes marquen en mi espalda toda la euforia del instante.
Cuando tu corazón está por explotar llevas tus dedos a mi cabello, una caricia, por lo demás, hermosa y retumban las palabras:

Tus ojos…  siempre quiero verlos, son mi tesoro más preciado
Tu boca es como un rico chocolate que siempre quiero comer,
El mejor aderezo que he probado.
…y tu cuello…
Es el mejor amigo de mis labios y lengua.
A tus senos los deseo, son como dos tersos algodones que rozan mi cara y pecho.
Tus muslos, son mis más fieles cómplices y me muestra cual es el camino…