Incluso
acá, donde las llamas son suaves caricias,
la
lucidez majestuosa se va esparciendo por las paredes,
obsesiva,
manifiesta.
Es hora de irradiar colores,
Un
abrazo de palabras, un intercambio de sospechas.
Recordar
mi miedo al miedo, o mi aliento dentro de un suspiro.
Es
el momento en que mis identidades sean desglosadas por una buena canción,
mi
consonancia al borde de unos libros y simplemente apague la luz.
2 comentarios:
Suena bien ^^
Que bueno que te agrade :D
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