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domingo, 16 de enero de 2011

Consumación


Me embarga la forma que tienes para hacer felices mis días, 
la ligereza que aportas a mis períodos difíciles, 
te agregas a mi felicidad.

Cuando me miras a los ojos, sin pronunciar palabra alguna me das un recital, 
encierras mi rostro en tus manos,
dibujas mi sonrisa con tu aliento
besas mis labios.

Sosiegas las tormentas que anteceden los cambios, 
siempre tomando mi mano.
Me conviertes en un ser resplandeciente,
vienes a mí y sostienes mi cintura mientras danzamos al ritmo de nuestra compañía.

Tú, cual niño, jugueteas con mis mejillas, 
vas esparciendo cosquillas por mi cuerpo
cuando ya exhaustos de tanto estallar en risa, buscamos el silencio para encontrarnos de nuevo en los sueños, donde yo te llevo a volar y tú me abrazas en burbujas de cristal.

Allí estás de nuevo cuando mis ojos quieren despertar, 
de vuelta un abrazo excepcional,
calor de mis días, 
elocuencia de mi canto, 
todas las nubes que me saludan fuera, 
mi placer y virtudes.

Solo que, 
esta vez me confundí de nuevo.
No existes, 
eres una vil proyección de mi fantasía.

No tienes ni rostro, ni tacto, ni olor, ausencia de nombre y recuerdo de voz.
No existes.

2 comentarios:

Lobo Lunar dijo...

...y como una niebla, se esfumo, desvaneció su alegre rostro y perfumo su dicha al viento, ilusión atrapada en la memoria de una amante solitaria...existirá entonces en la dimensión de los sueños de la apasionada mujer.

Dark Queen dijo...

Esa friolenta dimensión...